miércoles, 27 de octubre de 2010

Investigando

Con mis amigas alguna vez había hablado sobre como debía de ser el amante ideal, para mí llegue a la conclusión que aparte de maduro debía de ser fuerte, rudo y muy viril, ¿en que estaría pensando yo?.


El primer sitio el cual pensé fue en el cercano puerto de pescadores, entre toscos marineros estaba segura de hallarlo.


Primera desilusión. Tras cruzar el portal de la taberna que elgí me dí cuenta al momento que más bien eran groseros, ordinarios y bastos. Decidida a proseguir, a cambiar radicalmente de ambiente, para lo cual me dirigí a una coctelería del centro. Estaba lleno de hombres que hablaban entre ellos, se limitaban a ecarme una mirada y a cuchichear entre ellos.


Segunda decepción, no por ello aparte esa idea de mi cabeza y por la noche seguí fantaseando de como debía de ser ese maduro ideal.

Tomo una decisión

A medida que se acercaba mí mayoría de edad me pasaba parte del tiempo pensando en el sexo, remarco sexo no amor, hasta el momento me había abierto de piernas para más de un muchacho, pero no me sentía satisfecha, me lo pasaba bien, me gustaba, pero sentía que me faltaba algo, que no era suficiente, que debía de haber algo más, algo que se me escapaba.



Leí libros sobre erotismo entre ellos “Lolita” me impresiono esa historia entre un hombre maduro y una adolescente ¿quizás ahí radicaba la clave?. Me acorde a Daniel y la conversación que mantuvimos. Aquella misma noche me acaricié pensando en él, fantaseaba con la idea de ser Lolita siendo seducida por ese hombre entrado en años.


A la mañana siguiente decidí escribir un diario sobre esas idea e investigar sobre donde podría encontrar alguno adecuado. Por razones obvias descarté a Daniel de inmediato.

El Sr. Daniel

El señor Daniel es un amigo de la familia de toda la vida, un hombre hecho a si mismo, muy trabajador, tranquilo y sobre todo buena persona, de carácter afable a pesar de parecer muy serio.
Siempre él me ha visto como la hija de sus amigos, primero como niña, más tarde como adolescente, hasta que hace muy poco le apercibí un modo distinto de mirarme.
Fue durante una celebración en casa de unos conocidos de mis padres, yo fui a regañadientes, mis padres me obligaron a ir cuando mis planes era ir con mis amigas a un guateque. Durante el evento me lo encontré en uno de los salones, tras saludarme del mismo modo que otras veces él añadió “chica no paras de crecer… en todos sentidos” palabras que consiguieran que me ruborizase. Estuvo un buen rato charlando conmigo. Ya no me estaba tratando como a una chiquilla, sino más bien lo hacía como a una mujercita.

Cavilaciones previas

Llevo cavilándolo desde hace unos días, en concreto al poco de cumplir los dieciocho años y por ello ser mayor de edad. Hasta la fecha he salido con chicos de mí edad, la verdad es que los puedo dividir en dos grandes grupos, los que son tremendamente cortados y los que quieren meterte mano desde el primer momento, con algunos de ellos pasamos de los primeros besos y toqueteos, luego por el sexo oral, es curioso pero ¿porqué siempre es para ellos? Y con algunos termine en la cama haciendo el amor, otra curiosidad ¿porqué le llaman de ese modo cuando lo que quieren decir es “follando”.
Pronto he aprendido que para ellos también solamente existimos dos tipos de chicas, las que sirven para “follarselas” y la que sirve para casarse. Tan prono me dí cuenta de su modo de pensar decidí estar en el grupo de las primeras, al menos durante cierto tiempo, estoy segura que es más divertido.

En casa entre la rigurosidad de de progenitor demasiado estricto y una madre la cual no puede llegar a ser más pánfila, cuando salgo con las amigas para ir a guateques ella quiere que me ponga debajo del vestido un corsé ¡ella debe de pensar que voy más protegida! ¡Como si ellos no aprendieran antes de nada a desabrocharme las presillas!

martes, 26 de octubre de 2010

... 6 meses más tarde

Sigo con mi vida en Second Life, no la he dejado en todo ese tiempo desde mi última entrada, aquí no han habido cambios, por el contrario si los ha habido y aún estoy en ello en Second Life.

Los cambios en la vida real están influyendo y mucho, antiguos residentes que lo han dejado o han cambiado de avatar, o como en mí caso dan un distinto enfoque al rol que han estado interpretando hasta hoy.

Os presento la nueva imagen de Mabel Pera al tiempo que os comunico que a partir de ahora ella es una joven muchacha (mayor de edad) que rememora sus años a finales de los sesenta.

Mi Role Play se engloba dentro de los juegos de R.P. en Second Life entre hombres maduros y chicas jóvenes, siempre dentro de la legalidad y de las normas de S.L.

Espero que os agrade el nuevo rumbo que le doy a este personaje virtual, que os guste y la queráis conocer.

Besos y hasta pronto.